Bienvenidos a Sevilla, posiblemente la ciudad más bonita del mundo…
En el corazón del barrio de Santa Cruz, en Sevilla, se encuentra una calle que lleva el nombre de Susona, una joven cuya historia ha perdurado a lo largo de los siglos. Su leyenda es un relato de amor prohibido, traición y arrepentimiento que refleja las tensiones religiosas y sociales de la Sevilla del siglo XV.
Susana Ben Susón, conocida como la Susona, era hija de Diego Susón, un influyente banquero judío converso. Su extraordinaria belleza le valió el apodo de la fermosa fembra, y su presencia no pasaba desapercibida en la ciudad. Aspirando a ascender en la escala social, Susona inició una relación secreta con un caballero cristiano de una noble familia sevillana.
En una época marcada por la persecución de los judíos, un grupo de ellos, liderado por Diego Susón, planeaba una sublevación para recuperar su posición y seguridad en la sociedad. Las reuniones clandestinas se llevaban a cabo en la casa de los Susón, donde se discutían planes que incluían ataques a figuras prominentes de la ciudad.
Una noche, Susona escuchó los planes conspirativos y, temiendo por la vida de su amado cristiano, decidió advertirle. Este, a su vez, informó al asistente mayor de Sevilla, Diego de Merlo, quien organizó una redada que resultó en la detención y posterior ejecución de los conspiradores, incluido el padre de Susona.
Consumida por la culpa de haber causado la muerte de su padre y la destrucción de su comunidad, Susona buscó redención. Se convirtió al cristianismo, fue bautizada por el arcipreste Reginaldo Romero y se retiró a un convento, donde vivió en penitencia durante varios años.
Antes de morir, Susona dejó instrucciones para que su cabeza fuera colgada en la puerta de su casa como recordatorio de su traición. Su cráneo permaneció allí durante años, y hoy, un azulejo con una calavera y otro con una leyenda marcan el lugar, recordando la trágica historia de la joven.
La Leyenda de la Susona es un testimonio de las complejidades humanas y las consecuencias de nuestras decisiones. Su historia sigue viva en las calles de Sevilla, recordándonos la importancia de la lealtad, el amor y el perdón.
Para terminar os dejo, relacionado con el artículo, una de las sevillanas que más me gustan que cuenta la historia de Susona. Más abajo también tenéis la letra
1ª
Cuando Santa Cruz se duerme
y los jazmines se esconden
Cuando Santa Cruz se duerme
y los jazmines se esconden (bis)
en la calle de la muerte
dicen que se oye de noche
dicen que se oye de noche
un lamento de mujer
un suspiro y un reproche
un lamento de mujer
un suspiro y un reproche
Susona la hermosa hembra
que por amor traicionó
no oyó la voz de la sangre (bis)
sino la del corazón
2ª
El cristiano, ella judía
y la noche de los dos
El cristiano, ella judía
y la noche de los dos (bis)
los besos no saben leyes
son libres como el amor
son libres como el amor
y el corazón y los sueños
no entienden de religión
y el corazón y los sueños
no entienden de religión
Susona la hermosa hembra
que por amor traicionó
no oyó la voz de la sangre (bis)
sino la del corazón
3ª
El alba nació teñida
y el alma se le partió
El alba nació teñida
y el alma se le partió (bis)
de sus hermanos de sangre
el secreto desveló
el secreto desveló
y con sangre de su pueblo
Sevilla se despertó
y con sangre de su pueblo
Sevilla se despertó
Susona la hermosa hembra
que por amor traicionó
no oyó la voz de la sangre (bis)
sino la del corazón
4ª
Ay de mi rosa judía
ay de mi rosa de amor
Ay de mi rosa judía
ay de mi rosa de amor (bis)
entre la voz de la sangre
y la voz del corazón
y la voz del corazón
tú tuviste que elegir
y confundiste a Dios
tú tuviste que elegir
y confundiste a Dios
Susona la hermosa hembra
que por amor traicionó
no oyó la voz de la sangre (bis)
sino la del corazón
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